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Especialista en Investigación de Mercado y Análisis de Tendencias
Desde 2007 es CEO fundadora de Trendsity
Es Presidenta de SAIMO (Sociedad Argentina de Investigadores de Marketing y Opinión)

Raíces móviles: Los 2000, de regreso: la vuelta de la estética Y2K

En los 2000 habíamos sobrevivido al Y2K (el error de programación que amenazaba con llevar al mundo al caos) Internet estaba en auge, pero aún no explotaba. El futuro parecía prometedor y brillante y lo acompañaba una estética particular: una del tipo plástica esmerilada “futurista”, avanzada en tecnología, que se vio principalmente a principios de esa década. Lo llamaron la estética “Y2K” y ahora está volviendo de la mano de la Generación Z.

La estética Y2K está inspirada en mediados de los 90 y principios de los 2000, durante el boom de las puntocom. Con el pico masivo en el avance de la tecnología, flotaba un optimismo sobre el futuro y cómo podría transformar la vida. Algunos highlights que recuerdan este estilo: un iMac translúcido y colorido, la película Matrix (su narrativa, efectos y su estética) dispositivos originales con personalidad, interfaces hermosas y detalladas, esquinas redondeadas y tipografía expresiva. En indumentaria, materiales brillantes, las zapatillas gruesas, faldas plisadas, bolsos baguette y gafas de sol coloridas.

Luego de una década o dos de minimalismo hay una vuelta hacia lo colorido y excesivo de esa eṕoca. Hoy se puede ver en la moda y en las celebrities, en los videojuegos, en el diseño, en la música/entretenimiento. La Generación Z, nacida entre 1997 y 2012, está adoptando el estilo cyberpunk y tecno-utópico de 20 años atrás. Se trata de una generación donde la nostalgia de otros tiempos juega un rol importante – como ya hemos considerado en otras oportunidades – principalmente porque estos tiempos -no tan lejanos – se perciben como más seguros y estables, pero como agregado en este caso, también es posible que un “internet maduro” (como el actual) esté tratando de rendir honores a sus principios, más simples y esperanzadores. Frente a tiempos donde el mundo digital a veces es un lugar de fake news, cyber-bullying, discursos de odio también hubo un momento donde el futuro de internet se veía como optimismo puro. Estos insights son interesantes para tener en cuenta cómo analizar estas generaciones y poder diseñar productos y servicios que entiendan su complejidad.

Egobalance: Plogging: hacer ejercicio cuidando el ambiente

El plogging es una modalidad deportiva que implica recoger la basura que se topa en el camino al salir a correr. Es decir, al recorrido usual que se realiza en la rutina “runner” se le suma levantar basura en el camino como modalidad de ejercicio, como si se tratara de obstáculos que aportan dificultad a la actividad física.

Como tendencia comenzó en Estocolmo, Suecia, relacionada a la gran cantidad de basura que los corredores se encontraban al comenzar a realizar la rutina diaria (botellas, papeles, latas, entre otros). Rápidamente se esparció por una gran cantidad de países, entre ellos Estados Unidos y ahora, Latinoamérica. En Argentina ya desembarcó con iniciativas como la de la marplatense Paula Gosso Eguia, médica veterinaria preocupada por el impacto ambiental en el ambiente marino.

Gosso creó Plogging Argentina con sede en Mar del Plata y rápidamente el movimiento se extendió por todo el país promovido en forma individual o por agrupaciones, ONG’s o desde establecimientos educativos o gubernamentales en provincias como Buenos Aires, Santa Fe, Salta, Chaco, Neuquén, Corrientes, La Rioja, Córdoba, Tucumán, Río Negro.Lo interesante de este fenómeno es que surge desde las mismas personas la solución: ocuparse ellos mismos de la limpieza durante el recorrido. La mayoría de quienes lo practican refiere que realizar la actividad les produce la satisfacción de estar haciendo un bien al medioambiente y ellos mismos.

Este importante insight es relevante para las marcas que quieran sintonizar con el propósito. Un ejemplo en este sentido es Corona, una marca que se compromete con el cuidado del mar y las costas, su lugar de nacimiento como producto. Entre otras iniciativas llevaron a cabo Casa Corona, un parador playero con conciencia ambiental donde realizaron actividades alineadas con el lema “el plástico no pertenece al océano” invitando a las personas a realizar cleanups o jornadas de limpieza, donde los voluntarios -tanto turistas como locales- recolectan residuos de las playas. Existe una clara posibilidad allí de poder combinar las inquietudes ambientales de las personas con los propósitos sociales, ecológicos y comunitarios de los negocios responsables.


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