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Sustentable, local y responsable: la compra vuelve al origen

El “momentum” de los juguetes sexuales 

Especialista en Investigación de Mercado y Análisis de Tendencias
Desde 2007 es CEO fundadora de Trendsity
Es Presidenta de SAIMO (Sociedad Argentina de Investigadores de Marketing y Opinión)

Hemos mencionado ya aquí los cambios evidentes que la pandemia ha producido en el consumo y los hábitos de los compradores. En esta oportunidad queremos poner el foco en una modalidad de compra –que si bien ya se viene consolidando- emergió con fuerza en la crisis sanitaria: la compra de alimentos sustentables a productores locales.

Es interesante ver este fenómeno de búsqueda de alimentos más frescos y naturales, tanto es así que en muchos casos hasta forzó a estos productores a encontrar logística acorde con la demanda. Un ejemplo exitoso de estos nuevos mapas independientes es The Food Market, plataforma que conecta productores locales de este tipo de alimentos con consumidores ávidos por esta oferta más sostenible. Se trata de perfiles de consumidores responsables,  que no sólo tratan de comer mejor sino de favorecer economías locales a pequeña escala. A esta información accedemos por nuestras propias investigaciones: según mediciones de Trendsity en pandemia,  75% coincidió en que cree que se puede hacer un aporte al elegir productos de microemprendedores o comercios locales. Por su parte, mercados como BA Market, Sabe la Tierra o Masticar hace tiempo que se hacen eco de la demanda emergente y dan un lugar protagónico a estos productores, logrando mayor visibilidad, alcance y mejor posicionamiento.

Este fenómeno es global y la crisis sanitaria lo profundizó. En España las pequeñas iniciativas agroecológicas de proximidad y regionales, especialmente las que ofrecen servicio a domicilio, crecieron en un 50% al arrancar el confinamiento. En parte también, porque como dijimos en otras oportunidades, la pandemia fue un momento para muchos de cambiar hacia una alimentación más sana, con mayor consumo de alimentos estacionales incluso. Pero son varios los motivos que confluyen: las nuevas generaciones arrastran nuevos valores alimenticios que hacen causa común con la idea que la globalización y el deterioro de la naturaleza están en el origen de virus como COVID-19 y que la respuesta está en la vuelta al origen. Las marcas no deberían dejar de hacer sintonía con valores en perfecto match con la emergencia de la crisis sanitaria.

El “momentum” de los juguetes sexuales

La cuarentena cambió los hábitos de los argentinos, también en materia sexual: la venta de los juguetes sexuales aumentó en un 200%. En un relevamiento, quedó claro que las mujeres son las que más utilizan los juguetes sexuales y quienes más compran. Desde el inicio de la cuarentena, hubo un 41% más de usuarios, de los cuales un 70% fueron hombres y la mayoría admitió haberlos comprado para utilizarlos con su pareja.

Si bien no es un fenómeno reciente, el mercado de juguetes sexuales vive un momento de esplendor, con muchísima más visibilidad y menores tabúes. Ya no es necesario acudir a un lugar oscuro y con vergüenza para adquirirlos, se hacen encuentros para su venta y su acceso online o en tiendas ya no es sorpresa. Se asiste a una suerte de “democratización del placer” incluso, que se diversifica: no hay tabúes con la edad, ya que se popularizan entre los  +50 y  hasta hay dispositivos gender neutral y para todo tipo de cuerpo.

Un capítulo especial merece lo que ocurre con la sexualidad de las mujeres. Según un informe realizado por El Índice De La Función Sexual Femenina (FSFI) sólo el 53% de las mujeres encuestadas afirman alcanzar siempre el orgasmo o clímax, y en Argentina el 20% de las mujeres posee anorgasmia la “ausencia o insuficiencia de orgasmo sexual”. Recientemente llegó al país por primera vez una opción única en su tipo Womanizer, el primer estimulador de clítoris, que promete orgasmos en 1 minuto.  Lo que lo diferencia es su tecnología patentada “Pleasure Air Technology”, que estimula a través de ondas de aire, el producto es una revolución para este segmento.

Justamente, la otra gran revolución tiene que ver con la tecnología. Existe una variada gama de dispositivos inteligentes que permiten combinar algoritmos y aplicaciones para lograr una experiencia sexual más satisfactoria aplicando las últimas tecnologías e incluso inteligencia artificial, lo que se conoce como “sex tech”. De hecho, cada vez se llama más la atención sobre los ataques cibernéticos en este tipo de dispositivos y el peligro que puede implicar para los involucrados y su privacidad. Definitivamente, todo un nicho para seguir de cerca y entender cómo evoluciona al ritmo de los cambios en el género, la sexualidad y la innovación tecnológica.


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