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Por Claudia Sadowick

Gerenta de Servicios de Bayton Group

Cuando se había empezado a tomar el camino de la vuelta a la presencialidad, el rebrote de contagios obliga a recalcular las estrategias. El teletrabajo vuelve a ser la norma, pero esta vez las empresas están mejor preparadas.

Desde que se decretó la pandemia de covid-19, el teletrabajo, que hasta ese momento era un beneficio a los empleados, se convirtió en una necesidad de las empresas para seguir funcionando. Cuando el 20 de marzo de 2020 comenzó al aislamiento casi la totalidad de las compañías se vieron obligadas a implementar de inmediato la modalidad de operar de forma remota. Algunas debieron hacerlo sin preparación, otras con cierta experiencia previa. Ahora el coronavirus vuelve a encender las alertas por la fuerte alza de contagios, lo que obligó a nuevas restricciones, por lo que muchos trabajadores que habían empezado a ir a las oficinas deberán retomar el teletrabajo.

Desde que pasó el anterior pico de contagios para octubre del año pasado, las actividades económicas y sociales se fueron flexibilizando para permitir una apertura casi total, con protocolos mediante. Los esquemas laborales combinaron presencialidad y trabajo remoto, con asistencia a las oficinas algunos días de la semana y a veces con menor carga horaria. Hasta las fiestas de fin de año y las vacaciones de verano la situación epidemiológica parecía controlada. Y aún más cuando con el inicio de la vacunación comenzaba a verse una luz al final del túnel de la pandemia. Sin embargo, los contagios se dispararon a niveles récord y esto obliga a dar un paso atrás.

Esta segunda ola de covid-19 toma mejor preparadas a las empresas, ya ejercitadas en el trabajo a distancia, y para especialistas no será un problema readaptarse rápidamente. “Si bien muchas compañías habían comenzado a planificar y a realizar una vuelta gradual a las oficinas, era evidente que la segunda ola nos iba a impactar tarde o temprano. Hoy esta situación nos encuentra más preparados”, afirma Claudia Sadowyk, Gerenta de Servicios en Bayton.

Es muy diferente el impacto de estas medidas versus las de marzo 2020, ya que en ese momento muchas empresas (y empleados) no estaban acostumbrados al teletrabajo. En cambio, hoy en día, para muchos no representa un cambio, sino que es mantener la forma de trabajo que se viene dando. Actualmente las empresas se encuentran mejor posicionadas frente a la vuelta al trabajo remoto, en caso de ya haber comenzado una vuelta paulatina a la presencialidad. Los esquemas de home office y los planes de trabajo ya existen, y no se presenta el estado de urgencia e improvisación que se vivió en marzo de 2020.

Si como ventana al futuro la Argentina mira lo que ocurrió en Europa, no extraña el rebrote de covid-19 ni la necesidad de nuevas restricciones. La posibilidad de una segunda ola era un hecho, aunque como diferencia ahora se tiene la perspectiva de la vacunación. Los expertos consideran que las empresas ya estaban preparadas para esta “vuelta atrás”, que de momento parece temporal. Esto hace que la readaptación sea ágil, rápida, y más eficiente de lo que fue el primer confinamiento.

Sin embargo surgen algunos escollos que antes no estaban en la ecuación y que ahora plantean desafíos. Por un lado el teletrabajo ya dejó de ser una novedad para convertirse en parte de la nueva normalidad, por lo que el entusiasmo de lo novedoso, junto con el cansancio lógico de la sociedad ante las medidas de cuidado que provocó la pandemia, generan cierta baja del espíritu. “Se notó y fue evidente que como sociedad nos relajamos, pero debemos estar de nuevo alertas y aplicar las mayores medidas necesarias para minimizar los riesgos dentro de las organizaciones”, señala Sadowyk.

Asimismo, el año pasado no hubo clases presenciales en los colegios y ahora sí, lo que agrega un nivel de complejidad mayor en la organización de las familias que tienen niños.

Muchas empresas trabajaron en planes de contingencia para esta segunda etapa, mientras que otras ya prefirieron tener a la mayoría o al total de su personal trabajando en forma remota. El día a día va a tomar un rol fundamental en la aplicación de nuevas medidas internas en las empresas. Hoy tenemos algo a favor es que sabemos un poco más sobre cómo actuar. La responsabilidad tiene que ser compartida entre las empresas, las personas y el gobierno. Vemos que aquellas compañías que pueden evitar ir a las oficinas y estaban teniendo algunas reuniones presenciales volvieron al trabajo 100% remoto. La situación está más controlada y analizada, en comparación con la urgencia del año pasado. Actualmente existe un conocimiento que permite que aquellas empresas que estaban volviendo a una semipresencialidad, no sientan un contraste tan fuerte al verse obligados a volver full-time al trabajo remoto.

Hasta cuando seguirá el teletrabajo

Aunque todavía no hay un horizonte claro de cuándo se terminará definitivamente la pandemia, el avance en el mundo de la vacunación empieza a dar perspectivas de que al menos el trabajo retomará una senda de “normalidad” en no mucho más tiempo. De hecho, a nivel global las empresas ya empezaron a convocar a sus trabajadores nuevamente a las oficinas. En el inicio de la pandemia, entre los que hicieron punta con el teletrabajo estuvieron las grandes compañías tecnológicas, quienes ya acostumbradas a este tipo de modalidad, mandaron a sus casas por tiempo “indefinido” a sus equipos. Sin embargo, esto ya está empezando a ver su final.

 Los gigantes de Silicon Valley como Google, Facebook, Twitter y Square, ofrecieron a sus empleados la opción de trabajar desde su casa por tiempo indefinido. Pero ahora están cambiando de opinión. Por caso, el buscador anunció que comenzará a reabrir sus oficinas en abril para quienes se presenten voluntariamente y puso como fecha límite septiembre. Aquellos que quieran seguir trabajando de forma remota más de 14 días al año deben solicitarlo formalmente, solicitando hasta 12 meses en “las circunstancias más excepcionales”.

 En una comunicación interna obtenida por el canal CNBC, Fiona Cicconi, la nueva jefa de personal de Google, recomienda a los 130.000 empleados de la multinacional que se vacunen y reconoce que tras un año de trabajo en remoto entiende que haya opiniones encontradas sobre el regreso a las oficinas.

 “Debido a que la situación sigue siendo dinámica, continuamos adoptando un enfoque gradual para que los empleados vuelvan de una manera segura a la oficina donde podamos. El regreso sigue siendo voluntario hasta septiembre para todos los empleados de Google”, afirmó la ejecutiva.

 En la misma línea, Amazon, que acaba de ganar una batalla contra el intento de un grupo de empleados de crear su primer sindicato en EE.UU., comunicó a sus empleados que su ideología tras la pandemia será “una cultura centrada en la oficina como nuestra línea de base”. Comenzará a llamar a sus empleados corporativos en junio.

 De momento, lo que se sabe es que los empleados de Facebook, Spotify y Microsoft continúan trabajando en una combinación de remoto y presencial, pero con mayor peso del teletrabajo. Twitter, por su parte, declaró que sus colaboradores pueden quedarse en sus casas “para siempre” si así lo desean.

 Estas estrategias híbridas son la norma hoy en la mayoría de las empresas. De hecho, diferentes encuestas de consultoras de recursos humanos apuntan a que entre 7 y 8 de cada 10 empleados las prefieren. Además, se incrementaron exponencialmente los pedidos de teletrabajar entre quienes buscan un puesto en una nueva compañía.

¿Qué esperar para los próximos meses?

De momento, el Gobierno anuncio nuevas restricciones, con limitación de la circulación de personas por ahora solo en horario nocturno, en busca de frenar el incremento sostenido de casos de coronavirus que ya están poniendo al límite al sistema de salud. En principio las medidas rigen hasta el 30 de abril, pero habrá que esperar a ver qué ocurre si los casos no disminuyen. En ese marco, la Nación instó a llevar al máximo la implementación del teletrabajo y llamó a la responsabilidad social como parte de la estrategia anti-covid.

Los contagios, y el agregado de la posibilidad de un contacto estrecho con un caso positivo, terminan por afectar el funcionamiento de los equipos de trabajo. Por es importante que ante la primera sospecha se tomen las precauciones necesarias y que las compañías extremen las medidas de precaución para que las oficinas sean focos de infección.

“Las empresas invirtieron en mejoras, los sectores de seguridad e higiene tomaron un rol protagónico desde hace un año, pero no hay mejor inversión que en la concientización personal de cada uno de nosotros. Si sabemos y tenemos toda la información necesaria no hay mejor inversión que esa para evitar la propagación del virus en las sociedades y en ambiente de trabajo”, concluye Sadowyk.

Por Matías Ortega, para Ámbito Financiero


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