En el retail, tanto en supermercados como hipermercados y tiendas de autoservicio, la presentación de los productos es clave para el éxito en ventas. Una práctica poderosa para aumentar la visibilidad en góndola es el facing. Con un facing eficaz, tiendas y marcas pueden incrementar significativamente sus ventas.
Fuente: https://www.display.be/POP-facing.html
Pero ¿qué es exactamente el facing y por qué es tan importante?

Ducros Spice Rack Para McCormick (Ducros), desarrollamos este especiero modular único. La unidad soporta hasta 500 kg y cuenta con soluciones inteligentes y ajustables de exhibición que mantienen los productos en su lugar para una presentación limpia y organizada. © Pilotes
¿Qué es el facing?
El facing se refiere, en primer lugar, a la cara visible del producto en la góndola. Cuantas más veces se repite un producto uno al lado del otro, más «facings» tiene y más espacio ocupa en el estante. Ya sea una vez o varias, hablamos de uno o múltiples facings.
Pero el facing no es solo una unidad de medida. También se refiere a la práctica estratégica de organizar y presentar productos de forma eficaz en las góndolas.
Esto incluye la técnica del fronting, es decir, llevar los productos al borde del estante para garantizar una apariencia llena, limpia y ordenada.

Boutique gum Las estanterías con gravedad de este exhibidor permiten que los productos se deslicen automáticamente hacia adelante, manteniendo siempre la góndola llena y ordenada, lo que aumenta la visibilidad y las ventas. © Pilotes
¿Por qué es importante el facing?
En supermercados y tiendas de autoservicio, donde conviven miles de productos, la competencia por captar la atención del shopper es intensa. La mayoría de las decisiones se toman de forma inconsciente o apurada. Un buen facing permite que el producto destaque en estantes abarrotados y aumente sus chances de ser elegido.
Para el shopper, un facing bien trabajado facilita la experiencia: los productos son más fáciles de encontrar, comparar y resultan más atractivos visualmente. Una góndola bien abastecida transmite abundancia y confianza en el punto de venta.
Para marcas y fabricantes, el facing incrementa la visibilidad del producto, fomenta compras por impulso y refuerza el reconocimiento de marca. Esto es especialmente relevante en categorías donde la decisión de compra se toma en el momento. A mayor espacio en góndola, mayor es la percepción (consciente o no) de que un producto es popular, premium o deseable.
El número de facings y las ventas van de la mano
Existe una relación directa entre el número de facings y las ventas. Estudios indican que duplicar los facings puede aumentar las ventas en promedio un 20%. Este efecto se conoce como elasticidad de góndola: la relación entre el espacio que ocupa un producto y el crecimiento o descenso en su demanda.
No todos los productos se benefician por igual del aumento en visibilidad. El impacto positivo tiene un límite: más allá de cierto umbral, agregar más facings no aporta valor. La elasticidad depende del punto de partida, el tipo de tienda, la categoría del producto y factores como la estacionalidad o las promociones.

Frontend display
Una exhibición bien organizada en el área de cajas es clave. Es la última zona que atraviesa cada cliente y una gran oportunidad para reforzar la imagen del punto de venta. © Pilotes
¿Cómo optimizar el facing?
Una buena estrategia de facing se basa en algunos principios clave:
1. Fronting = impacto visual
Asegurate de que los productos estén alineados en profundidad y ancho. Esto da la impresión de una góndola llena y ordenada. Las zonas vacías o el desorden afectan la imagen del local y la experiencia del cliente, con impacto inmediato en las ventas.
El fronting, o llevar los productos al frente del estante, garantiza una presentación atractiva y prolija. A la vez, permite rotar el stock, mostrando el frente del packaging. Esto es vital para envases redondos.

Winkelrekmodule Galler
El facing diario —alinear los productos de forma prolija en profundidad y ancho— es una rutina esencial para el personal de tienda.
Es tarea diaria del personal mantener el facing y también asegurar la correcta rotación del stock. Los productos con fecha más próxima de vencimiento deben estar al frente. Los vencidos o próximos a vencer se retiran según el protocolo.
El facing visual se complica en productos pequeños o de formas irregulares (cosméticos, especias, chicles, chocolates). Estas categorías se benefician de soluciones personalizadas, como exhibidores con separadores, empujadores o estanterías por gravedad. Estas soluciones POP optimizan la presentación y ahorran tiempo al personal.

Módulo para chocolates
Este módulo combina estanterías por gravedad y empujadores para mantener la góndola siempre ordenada y lista para vender. © Pilotes
2. A la altura de los ojos, está la compra
Ubicá los productos estratégicos entre los 120 y 170 cm, justo por debajo del nivel visual. Es donde el cliente primero posa la vista y toma decisiones más rápido. Los productos más altos o bajos reciben menos atención, salvo que el shopper los busque activamente.
Además, la mayoría mira primero el centro de la góndola, luego (si es diestro) hacia la derecha, luego a la izquierda y vuelve al centro. Este patrón visual debe guiar la disposición de productos.
Las góndolas superiores se suelen reservar para best sellers, lanzamientos o anclas de marca que dan visibilidad a la categoría.
3. Gestión de inventario como factor clave
Un estante vacío representa una gran frustración para el shopper y una oportunidad de venta perdida. En productos de alta rotación, conviene asignar más facings. Considerá la unidad de pedido (por ejemplo, 12 unidades por caja) para colocar la caja entera en la góndola y agilizar el reabastecimiento.

Señalización para chocolates
Para realzar el pasillo de chocolates, Mondelez (Milka, Côte d’Or) nos encargó un concepto que aportara valor y visibilidad en supermercados e hipermercados. El objetivo: estimular las ventas con una experiencia visual atractiva y estructurada. © Pilotes
4. Integrar el facing en una estrategia de categoría
El facing óptimo depende del segmento de producto y del comportamiento del shopper. No debe pensarse de forma aislada, sino como parte de una estrategia integral que combine: pricing, promociones, rotación de stock y hábitos de compra.
Por ejemplo, los productos de consumo masivo como galletitas o conservas suelen beneficiarse de un mayor facing para reforzar su presencia. En cambio, los frescos como frutas o verduras necesitan rotación frecuente para asegurar su calidad.
Conclusión
El facing no es solo estética: es una herramienta que influye en el comportamiento de compra y potencia las ventas. Con organización inteligente, gestión rigurosa del espacio y soluciones efectivas de exhibición y merchandising, retailers, fabricantes y especialistas en PDV pueden optimizar cada centímetro del espacio de venta, cumplir con las expectativas del shopper y hacer brillar sus marcas en el momento decisivo.