Por Eva Lupi, responsable de diseño de Visual Ilusión
Las preguntas que nos hacemos los diseñadores
¿Qué información deberemos transmitir acerca del producto? ¿De qué manera nos podemos encontrar con el shopper? ¿Cuáles son las posibilidades de diferenciación que podemos implementar en la experiencia de compra? ¿Con qué criterios seleccionamos la exposición más adecuada para el producto y el contexto? ¿Cómo condicionará el punto de venta a la exposición?
En el contexto de una economía globalizada, acompañada por un acelerado ritmo de cambio tecnológico y una saturación creciente de los mercados, la competitividad de las empresas se ha trasladado de una capacidad operativa –reducir costos y aumentar la eficiencia– a una capacidad estratégica –ofrecer productos y servicios diferenciados–. Aquí es donde el Diseño Industrial se hace fuerte, proponiendo respuestas para las preguntas previamente planteadas y las necesidades del cliente.
En una situación ideal, el Diseño parte de la necesidad: ¿Qué estoy buscando? Ya sea una efeméride, impulsar un lanzamiento o campaña, o simplemente sumar awareness de marca, siempre es un buen ejercicio para los equipos de trade, el de redactar la necesidad, como lanzamiento (aunque fuera interno) de un proyecto. Tomando conceptos de “A través de las experiencias”, (CMD) Becerra – Fabregas – Pizzabiocche, podemos decir que el primer paso sería analizar necesidades, deseos y/o valores del Shopper. Estos valores, una vez incorporados a los productos y servicios, pueden convertirse en las ventajas competitivas que permiten disputar las distintas porciones del mercado. La importancia que adquiere ese usuario potencial, la metodología mediante la que se lo analiza, y la especificidad de estos estudios durante el proceso de gestación del proyecto van a depender de la estrategia que la empresa plantee.
Diferentes estrategias orientadas por las necesidades y deseos
Existen estrategias orientadas por el usuario, por la tecnología, por el producto o inclusive por el diseño, pero en todos los casos el resultado final debe adecuarse en alguna medida a necesidades y/o deseos de personas concretas. Si esto no fuera así, este resultado no sería «comprable». Partiendo de la necesidad, se ponen sobre la mesa todos los factores que van a afectar a la propuesta.
Desde ya, no siempre el cliente tiene tantas dudas, ni hay lugar ni tiempo para hacernos tantas preguntas: En muchos casos recibimos un brief, un pedido más específico. Nuestra formación como diseñadores, nos permite evaluar en estos casos “la mejor manera de”. Sea por la selección de material, el método productivo, la morfología, o la funcionalidad (entre tantos otros factores que podemos analizar-trabajar-mejorar), el objetivo desde el Diseño va a ser llegar a la mejor solución posible para cada caso que se presente.
En Argentina, creo que los Diseñadores Industriales tenemos un entrenamiento muy adecuado a nuestro contexto: Nos podemos definir con el famoso dicho “atalo con alambre”… pero ¡ojo! con conocimiento técnico de qué es lo que hay que atar, y con la certeza de cuál es el mejor alambre para hacerlo. Ah, y claro: ¡Siempre con el menor costo y en el menor tiempo posible!
Innovación
El rol de la innovación se transformó totalmente. En la actualidad, la innovación no es ni para unos pocos ni tampoco para los más ricos; es la fuerza motriz de la presencia de las empresas en el mercado. El pensamiento de diseño es un enfoque innovador y centrado en el shopper, que ha sido ampliamente adoptado en la industria del Retail a nivel global. Es una metodología de resolución de problemas que ayuda a los clientes a comprender las necesidades y preferencias del shopper, y mejorar la experiencia de compra general.
Aquí les compartimos mucho del trabajo de Eva, en notas de Punto Trade: https://puntotrade.net/categoria/galeria/visual-ilusion/
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