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En PUNTO TRADE nos tomamos muy en serio el aprendizaje, la adquisición de habilidades profesionales y personales, por eso nuestros cursos tienen acompañamiento contínuo de tutoría. Hay diferentes formas de hacer elearning, a nosotros nos gusta que el proceso sea placentero y muy efectivo, y para eso está la tutora: Andrea Cordone, estuvimos conversando con ella.

Andrea se define como una profesional todo terreno, desde la medicina hasta su labor como tutora virtual y diseñadora de experiencias de aprendizaje, el eje que mantiene su práctica es la visión de que las personas podemos desarrollar nuestras propias capacidades de manera creativa y adaptada a las situaciones que nos toca transitar a lo largo de nuestra vida.

¿Por qué decidiste ser tutora de cursos online?

Bien, no decidí ser tutora sino que tomé una oportunidad que configuró mi presente: una importante empresa de elearning de la Argentina, a fines de 2015, me ofreció un trabajo de tutorías para un proyecto educativo en Uruguay. Acepté de inmediato por dos razones principales: en primer lugar ya tenía una Diplomatura en Diseño, Gestión y Evaluación de Proyectos de Elearning pero había aplicado esos conocimientos en unos pocos proyectos pequeños y era una oportunidad de pasar a “las grandes ligas”, la otra razón era que hacía tiempo venía pensando en tener un ingreso que no dependiera de un lugar físico.

En esas primeras tutorías descubrí que me fascina trabajar en contextos virtuales de aprendizaje como tutora. Me producía felicidad entrar a la plataforma de e-learning. Y aún me produce alegría y cierto estrés del bueno al encontrarme con los desafíos que me proponen los usuarios. Trabajo con personas adultas y sus necesidades y expectativas son muy diversas y puntuales. Saben lo que quieren y lo quieren ya.

¿Cómo definís la tutoría online?

La tutoría online consiste en implementar las estrategias adecuadas, y realizar las tareas tendientes a facilitar el logro de objetivos pedagógicos, en entornos virtuales. No les decimos qué hacer o qué pensar, sino que les mostramos cómo hacerlo.

El propósito clave que publicó el Ministerio de Trabajo de Argentina lo define muy bien: “Facilitar el aprendizaje de los alumnos en entornos virtuales, monitoreando el cumplimiento de actividades y participación, de acuerdo a aspectos técnicos, pedagógicos y académicos propios del curso y de la organización, en forma remota”

Es decir nuestra tarea es: gestionar el aula subiendo contenidos, por ejemplo, o haciendo visible alguna actividad, asegurarnos que las y los estudiantes comprendan los contenidos y realicen las actividades en tiempo y forma, dinamizar la participación e intercambio entre pares, formando una comunidad de aprendizaje, alentar y motivar para que los usuarios finalicen con éxito sus trayectos formativos.

¿Qué tenés en cuenta cuando estás realizando una tutoría?

Que estén todos en el aula (eso lo puedo verificar viendo quién está ingresando a la plataforma y quien no) para comunicarme con quien no esté entrando para ofrecer mi ayuda en caso que lo necesite.

Que se viva una buena experiencia, que se sientan acompañados en todo momento, que perciban que del otro lado hay una persona que está comprometida con sus propios éxitos.

¿Cuál es tu filosofía?

Creo que se resumiría en una frase: “Mirar con cariño a mis estudiantes” Aunque no me vean (porque los trayectos son en su mayoría asincrónicos) soy una ferviente militante de la mirada de afecto. Las personas adultas pertenecemos a generaciones que vivimos el aula presencial como un espacio encorsetado y solemos estar más pendientes de no equivocarnos que de aprender.

¿Cuáles son las dinámicas que utilizás en el aula virtual?

Las dinámicas y metodologías van a depender de los objetivos del curso y los de la institución u organismo que brinde esa capacitación, pero en todos los casos mi enfoque es el estudiante y las relaciones que construya con los contenidos del curso y sus compañeros de recorrido (incluído el autor o docente del curso y yo misma, como tutora).

Promuevo que los y las estudiantes integren los conocimientos nuevos con su bagaje previo y produzcan desde allí sus propias respuestas. En un curso de negociación no aplicará sus contenidos de la misma manera una abogada que un contador, por ejemplo. Esas experiencias previas hacen que se resignifique de manera novedosa un mismo contenido.

En el acompañamiento la comunicación directa y empática es clave para que las y los estudiantes se sientan a gusto, en un aula segura en la que puedan preguntar todas sus dudas.

¿Cómo organizas tus tareas de seguimiento?

Con mucha precisión. Calendarizo desde los mensajes de bienvenida hasta los de seguimiento, lo mismo que las publicaciones o anuncios importantes. Ingreso a diario a las aulas tomando nota de los ingresos, contenidos a los que han accedido, actividades realizadas, consultas, etc. Respondo las consultas y, en caso que haya encontrado algunos conceptos equivocados, los retomo y aclaro los contenidos.

Mantengo al tanto de las novedades a la persona que está a cargo de las cuestiones administrativas tales como deserciones, pedidos de baja o trayectos finalizados.

¿Cómo conectás los contenidos del curso con el mundo real?

Motivando a los estudiantes a que den ejemplos de su entorno laboral y profesional para reflexionar en base a los materiales teóricos del curso. También les presento situaciones reales en las que puedan ver estos conceptos “en acción”, incluso compartiendo entrevistas con referentes del sector o personalidades que sean de su interés, para contextualizar el aprendizaje.

¿Qué valor puede aportar un tutor a un curso online?

Bien, una de las causas de deserción en un curso virtual es no atender a la dimensión vincular y afectiva en el aprendizaje, en muchos casos, no alcanza con tener un curso diseñado de manera sólida para retener a un cursante. El proceso de enseñanza- aprendizaje sigue siendo vincular. No quiero decir con esto que no sean efectivos los cursos autoasistidos, sino que contar con la presencia activa de una tutora o tutor que preste atención también a las ausencias, progresos más lentos del esperado y poca o nula comunicación permite resolver a tiempo muchas de las dificultades que impiden un buen trayecto formativo.

Otra causas son dificultades para organizar los tiempos de estudio, interactuar con los y las compañeras, la poca experiencia en aulas virtuales como estudiante también puede desanimar. Una buena tutoría anticipa esas situaciones y abre el juego para que se animen a pedir ayuda (a veces los adultos no preguntan por vergüenza o directamente porque no perciben que esa dificultad tiene una solución).

La respuesta inmediata y la retroalimentación son fundamentales para que el estudiante se sienta acompañado. Y esas respuestas tienen que ser personalizadas, teniendo en cuenta los objetivos del curso y el marco teórico definido para ese trayecto en particular.

Para finalizar: ¿Podrías darnos, en modo punteo de cuadro, los puntos relevantes que aporta tener tutoría en un curso online?

Baso mi práctica en la idea de que el aprendizaje es un proceso vincular de producción de conocimientos colectiva y dinámica, por lo que tener una tutoría activa en un curso online tiene los siguientes aportes de valor:

  • Acompañamiento personalizado atendiendo a las inquietudes y expectativas de cada estudiante.

  • Mantenimiento de un ritmo de cursada ágil y eficiente para el aprendizaje.

  • Mediación entre las dificultades que pueda presentar un estudiante y el equipo administrativo del campus para acompañar la resolución del inconveniente detectado.

  • Mejoramiento continuo del diseño del curso al tomar nota de los comentarios o consultas de todos los usuarios en la plataforma y comunicar al equipo de diseño las sugerencias de mejora.

Si tenés más preguntas para hacerle a Andrea, aquí te dejamos su dirección de correo: acordone@gmail.com

https://puntotrade.net/academia/

Whatsapp: +54911 69126943

info@puntotrade.net


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