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En “Otra economía”, Florencia Tuchin nos dice:

https://ml.otraeconomia.com.ar/emails/webview/186955/82637170260575923

Conversé con cuatro mujeres que hoy son empresarias de impacto. Vamos a ver que las motivó y qué obstáculos encontraron en el camino. Por otro lado, marzo es el mes de las empresas B. Bajo el lema de este año: “Vamos más allá” (#WeGoBeyond), se realiza una campaña que busca visibilizarlas en todo el mundo. Estas empresas buscan ir más allá de los negocios habituales y toman medidas para transformar el sistema económico.

Empresarias de impacto: cuatro mujeres que desarrollaron negocios con propósito

Constanza Darderes y Brenda Andersen son amigas y hace 10 años empezaron a pensar cómo podían impactar en la industria de la moda. Tras regresar de un viaje por Latinoamérica, se dieron cuenta que no necesitaban mucha ropa en su vida diaria. Por eso, decidieron vender toda la ropa que no habían llevado al viaje. “Empezamos la venta en ferias y dos años después abrimos un primer local en La Plata. Como las dos estábamos formadas en Ciencias Económicas, nos pareció una buena idea que el proyecto se transformara en una empresa. Así nació Cocoliche”, cuenta Darderes.

Cocoliche Ropa Con Otra Oportunidad es un espacio para comprar y vender ropa de segunda mano cuidadosamente seleccionada. Es la primera tienda second-hand de Latinoamérica con certificación B.

Al comenzar a emprender, Darderes y Andersen querían dar una respuesta al problema de contaminación que proviene de la industria textil. Hoy tienen cinco puntos de venta en La Plata y CABA. Cocoliche reinsertó al mercado 396.350 prendas usadas y donó 9684 prendas a organizaciones sin fines de lucro. Con la reutilización de la ropa, se disminuyó en 8543 tn de Co2eq la huella de carbono. “Creamos una propuesta atractiva para la reutilización de prendas con la intención de generar un hábito que cualquier persona puede incorporar a su vida”, expresa Darderes.

Hace 12 años Angie Ferrazzini se propuso promover el paradigma de la sustentabilidad e impactar positivamente en la sociedad. Ella quería llevar una vida en consonancia con el ambiente y las personas y por eso creó Sabe La Tierra. “Para mi emprender tiene sentido si es con propósito”, expresa.

La propuesta se basa en ofrecer un espacio donde se puede comprar directamente de manos de los productores en condiciones social y ambientalmente éticas. De esta forma, los productores obtienen un pago justo por su trabajo, los consumidores realizan compras responsables y la comunidad gana generando conciencia acerca de los beneficios de consumir en forma local y natural, respetando los derechos sociales y preservando el medio ambiente.

Ferrazzini integra la red de emprendedores sociales de Ashoka. “Ser parte de esta organización me dio legitimidad. Pasé de ser la chica de los mercados a convertirme en emprendedora social. También, allí me sentí acompañada y me permitió escalar. Armé un plan de negocios: pude desarrollar 12 mercados, abrir una tienda y armar un proyecto de comedor saludable en escuelas”, dice Angie. Como objetivo de este año, Ferrazzini planea estar más cerca de las empresas para ofrecer charlas y acompañar a emprendedoras a través del taller Sabe a emprender.

Hace 15 años, Marina Ini, Victoria Lamdany y Julieta Lamdany se unieron para desarrollar una propuesta de catering que se llamaba Copetín. Con esa experiencia, generaron diversos contactos en el mundo corporativo y el emprendimiento evolucionó en una propuesta de vending machines saludables que se llama FEED.

En las máquinas, ubicadas en empresas como Mercado Libre, se encuentran ensaladas, wraps, sándwiches y jugos naturales. Todos productos elaborados por la empresa.

Feed nace en 2019 y en 2021 obtuvieron la certificación B. Allí, trabajan unas 80 personas.

La misión principal de FEED es acercar una alimentación más fresca y más saludable. hoy, la iniciativa se encuentra en empresas privadas, universidades y espacios comunes de edificios corporativos. “Este año estamos trabajando en campañas para informar y educar más a los consumidores sobre los alimentos que eligen”, comenta Ini.

Al pensar en los desafíos de emprender, Ini cuenta que las tres socias tienen hijos y en algunos momentos era muy exigido llevar adelante ambas tareas. “Tratamos de inspirar a otras mujeres a que se animen a desarrollar sus empresas”, dice.

Yan De Simone es publicista con especialización en medios y los últimos años de su carrera laboral en relación de dependencia fueron en una señal de televisión deportiva, donde se encargaba de vender publicidad en los campeonatos de fútbol. Ella recuerda que era un contexto completamente machista. Con la llegada de su primer hijo, hace 12 años, se le hizo incompatible continuar trabajando allí y decidió renunciar. En ese momento, se abrió un blog y comenzó a escribir sobre cómo hablaban las marcas en los nuevos términos digitales. Empezó a armar notas, contactar empresas y realizar proyectos de manera freelance. “Cuando me di cuenta que ya no podía seguir haciendo ese trabajo sola, dije es momento de armar mi propia agencia”, cuenta. Así nació Bi Media, que integra hoy el ecosistema Bi Universe, una hub de comunicación estratégica y creativa de triple impacto.

Con la agencia, De Simone buscó humanizar las narrativas de las marcas. Hace cinco años realizó la certificación B y hoy está en proceso de recertificación. Bi Universe es la sexta mejor PYME para trabajar en Argentina, según Great Place to Work. Este año, ella va a lanzar una plataforma propia de capacitaciones para organizaciones y empresas de triple impacto.

En relación a los obstáculos, De Simone expresa: “Las mujeres somos siempre emprendedoras y los varones son empresarios. Tenemos que romper esas barreras y dejar de decir que somos emprendedoras cuando tenemos una empresa”.


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